A lo largo de los años, una de las características que más se ha repetido en el ser humano ha sido la búsqueda de un mayor bienestar, adaptando el entorno en el que se encuentra para mejorar sus condiciones de vida.

La mejora y evolución de la tecnología no ha hecho más que ahondar en este aspecto.

Existen varios factores con los que el ser humano ha mejorado sus condiciones de vida a base de adaptar su entorno, por ejemplo con la modificación o control de la temperatura de su hogar, logrando climatizar los domicilios para disfrutar de una temperatura agradable durante todo el año sin importar la que se dé en el exterior.

Estos sistemas de climatización se dividen principalmente en dos vertientes, dependiendo de la temperatura que se desee lograr en el hogar: la calefacción, es decir la climatización que busca aumentar la temperatura del hogar, usada principalmente en invierno, y el aire acondicionado, un sistema de refrigeración que busca reducir la temperatura del hogar, usada principalmente en los meses de verano.

Existen diferentes tipos de calefacción en la actualidad que sustituyen y mejoran los sistemas de calefacción más tradicionales o usados anteriormente como los basados en gas natural.

Uno de esos sistemas que mejora el rendimiento de forma eficaz es la calefacción por suelo radiante.

Se trata de un sistema de calefacción que, a diferencia de de otros sistemas más tradicionales, elimina el uso de radiadores, basando su funcionamiento en la instalación de una red de finas tuberías por debajo del pavimento del suelo, mediante las cuales se distribuye agua caliente, lo que reparte el calor de manera más efectiva y homogénea a través de todo el hogar en que esté instalado.

La calefacción por suelo radiante permite, por lo tanto, evitar que el calor se concentre en puntos concretos, manteniendo todo el domicilio en la misma temperatura y evitando espacios donde la calefacción no sea tan efectiva.

Lógicamente, al no usar radiadores, el aprovechamiento del espacio es mucho más efectivo, aumentado el espacio útil del domicilio.

Además, al tratarse de un sistema en que el calor se transmite desde el suelo, la calefacción por suelo radiante no provoca sofocos ni dolores de cabeza como ocurre en ocasiones con los radiadores.

Se trata de un sistema que, al resultar más efectivo y tener un rendimiento mejor, permite que el agua que pasa por las tuberías se caliente a una temperatura menor, con lo que supone un gasto energético menor que otros sistemas de calefacción.

La calefacción por suelo radiante se ha impuesto en los últimos años como el sistema preferido para ser instalado en las viviendas de nueva construcción debido a sus grandes ventajas.